Estuvimos invitados a compartir el Día de Muertos en México este año. ¡Qué celebración tan VIVA, tan especial, tan simple y tan profunda!
Primero, armamos un altar de muertos. Construimos tres pisos (cielo, tierra e inframundo), con manteles de calaveritas en fiesta y baile, papeles recortados de todos colores y pusimos cinco velas de sus colores respectivos en el centro y las cuatro direcciones (para que las almas encontraran fácilmente el camino...). Llenamos todo de flores "cerebro" y cempasuchil, amarillas y moradas (que iluminan el camino para las ánimas) y pusimos después agüita, mole, tamales, maíz, frijolitos, cacao, sal, calabaza dulce y pan de muertos (lo tradicional, según nos explicaron) y todo eso lo acompañamos con tequila, cerveza, vino tinto, tabaco, cigarrillos, coca-cola light,... (de acuerdo a los gustos particulares de cada visitante esperado...). Finalmente, encendimos todas las velas y prendimos copal e incienso.
Una vez "prendida" nuestra ofrenda, se hizo silencio en la sala en la que estábamos y especialmente en cada uno de nuestros cuerpos y de nuestros corazones. Era silencio, alegría, calma y tranquilidad al mismo tiempo. Y presencia y conexión.
Toda la noche fue así.
Al día siguiente fuimos al panteón de Mixquic y compartimos con todos los familiares de todos los difuntos de ese sitio. Todo era colorido, luces de velas, humo de copal e incienso, campanas y música. La gente estaba sentada alrededor de cada tumba, consintiendo, decorando, cuidando, acompañando, recordando. Estuvimos ahí varias horas y al final decidimos comprarle velas y arreglar y acompañar a Don Silvestre Reyes y a su esposa, Doña Jacinta Águila, que este año nadie los había ido a "alumbrar". En compinchería con sus vecinas de tumba, arreglamos las flores, prendimos las velas y rodeamos el doble sepulcro. La anciana que nos ayudó, comentó - "Las velas prendieron muy bien y no se apagan con el viento. Eso es que las prendieron de corazón y las ánimas están muy contentas. Seguro que a ustedes se les triplicará el cariño con el que acompañaron a estas almas que este año no habían tenido quién las alumbrara...". Y luego, ya afuera, todo era fiesta, celebración, feria. Yo decidí cerrar la noche con una buena porción de tacos de cabeza y de suadero. Sólo aquí come uno tacos de cabeza en los puestos frente al cementerio, se los disfruta sin duda y repite...
Re-descubrí la importancia de recordar, de conectarme con mis ancestros, de pedir con cariño y con respeto su guía, su compañía y su ayuda, de darles gracias y ofrecerles bendiciones y "luz", de vivir un duelo adecuado en el que nos despedimos sin apegos y liberamos y nos liberamos.
¡Gracias a todos los que nos acompañaron y nos invitaron a compartir esta celebración de cambio, de vida y de esperanza!
¡Qué bueno vivir en una tierra llena de tradiciones maravillosas que nos re-conectan con todo y con todos de nuevo!
Ojalá Maru y Lina nos compartan una fotico de la ofrenda de muertos con todos sus detalles...
Un abrazo grande,
Piti
Acá va la foto de nuestro altar con todos sus detallitos!
¡Así se ven aún más vivo lo de la celebración de Muertos - gracias!
Piti
Sin duda alguna, uno de los mejores días de muertos. Es un orgullo y un placer poder compartirlo!